Walter Guerrero Neira (40) es un hombre que lucha de singular forma. Para sobrellevar una precaria situación y cumplir las responsabilidades que tiene con quienes ama, se ha creado un trabajo con el que brinda alegría, sorpresas o evoca los tiernos recuerdos de sus clientes, viajeros de una Lima nocturna.
Desde hace 7 años, Walter vende globos decorados, disfrazado como un payaso. Su imagen y las bonitas manualidades que ofrece no pasan desapercibidos al presentarse en horas de la madrugada, cuando no se espera encontrar a un personaje cuasi surrealista como este.
Cada noche, él usa como lugar de trabajo el cruce las avenidas Angamos y Velazco Astete, en San Borja, donde llega desde Independencia. Es la forma en que logra mantener y atender a sus ancianos padres e, incluso, colaborar con los gastos de la educación de sus sobrinos.
Dato adicional:
Guerrero Neira, quien dejó atrás el estrés de la vida laboral de los conductores de transporte público, también se da tiempo para ser parte de los dirigentes de la zona donde vive.
(El reportaje del que habla esta nota fue hecho por Arturo Núñez Burnes)
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