Estocolmo, oct. 07. El Nobel de Química fue otorgado el miércoles al sueco Tomas Lindahl, al estadounidense Paul Modrich y al turco-estadounidense Aziz Sancar por su trabajo sobre el mecanismo de reparación del ADN, que puede conducir a nuevos tratamientos contra el cáncer.
Los tres fueron premiados por “haber ‘cartografiado’, a nivel molecular, cómo las células reparan un ADN dañado y preservan la información genética” lo que puede ayudar a “desarrollar nuevos tratamientos contra el cáncer”, dijo el jurado sueco.
El ácido desoxirribonucleico (ADN), es una macromolécula biológica que contiene toda la información genética (genotipo) que permite el desarrollo y el funcionamiento de los seres vivos.
El trabajo de los tres laureados “ha proporcionado conocimiento fundamental sobre la manera en que funciona una célula viva y es, por ejemplo, utilizada para desarrollar nuevos tratamientos contra el cáncer” indicó la Academia Sueca de Ciencias.
El ADN puede ser agredido a lo largo de la vida, y presentar lesiones que provocan mutaciones responsables de cánceres y de la aceleración del envejecimiento.
Lindahl, de 77 años, había establecido a principios de los años 1970 que, al ritnmo en que el ADN se degrada, el mundo y la vida en la tierra tal como los conocemos no podrían existir. En consecuencia, dedujo que el ADN debía tener necesariamente un medio para repararse. Y “descubrió un mecanismo molecular, llamado de reparación por escisión de base, que obstaculiza permanentemente la degradación de nuestro ADN”.
Sancar, de 69 años, ‘cartografió’ otro proceso de defensa contra los ataques, llamado “reparación por escisión de nucleótidos”, o NER según su acrónimo en inglés, crucial para preservar nuestro patrimonio genético.
En fin, Modrich, nacido en 1946, “demostró cómo la célula corrige los errores que se producen en la replicación del ADN durante la división celular”. Así, las deficiencias de este proceso de corrección son, por ejemplo, responsables de una variedad de cáncer de colon transmitida de forma hereditaria.
Del fútbol al Nobel
Sancar nació en Savur, pequeña localidad del sudoeste de Turquía, en el seno de una modesta familia de ocho hijos.
Hubiera podido convertirse en futbolista profesional, ya que el equipo nacional juvenil lo llamó como portero, pero él prefirió concentrarse en sus estudios.
Luego fue a la Universidad de Texas en Dallas y actualmente enseña en la de Chapel Hill (Carolina del Norte).
El sueco Lindahl, por su lado, estudió en su país pero hoy trabaja en Gran Bretaña, en el Francis Crick Institute de Londres.
“Fue una sorpresa. Sé que al cabo de los años se me consideró para el premio, pero igual que centenares (de científicos) más” declaró, interrogado por teléfono por el jurado.
En fin, Modrich, que obtuvo su doctorado en Stanford (California), trabaja como investigador en el Howard Hughes Medical Institute, cerca de Washington, y es profesor de bioquímica en la universidad de Dunke (Carolina del Norte).
Cada uno obtiene un tercio del premio, dotado con 8 millones de coronas suecas (860.000 euros, USD 950.000).
El año pasado, el Nobel de Química fue concedido a dos estadounidenses y a un alemán por haber mejorado el microscopio óptico.
El lunes, el primer Nobel de 2015, el de Medicina, fue atribuido conjuntamente a William Campbell, de origen irlandés, al japonés Satoshi Omura y a la china Youyou Tu por haber desarrollado tratamientos contra infecciones parasitarias y la malaria.
Al día siguiente, un japonés, Takaaki Kajita, y un canadiense, Arthur B. McDonald, obtuvieron el Nobel de Física por sus “históricos descubrimientos” sobre el neutrino, una partícula cósmica fundamental para comprender el universo y su origen.
Tras el de Nobel de Química de este miércoles, seguirá el de Literatura el jueves y el de la Paz el viernes en Oslo. La serie se cerrará el 12 de octubre con el galardón de Economía.
(FIN) AFP/MVF
Agencia Peruana de Noticias